El hallazgo muestra la importancia de tener alarmas, incluso en el caso de que en la misma casa no haya ninguna fuente del gas letal.
El gas de monóxido de carbono puede atravesar fácilmente un muro en seco, e intoxicar a los que viven en una casa, apartamento o departamento, informan unos investigadores de Seattle.
El hallazgo pone de relieve la necesidad de tener alarmas de monóxido de carbono en casa, ya que incluso la comprobación del estado de los aparatos no garantiza que el gas letal no se cuele por las paredes a partir de otra fuente, según los expertos.
"Lo que este estudio me dice es que el monóxido de carbono no se queda contenido en un edificio, que las barreras entre los apartamentos o departamentos ralentizarán el paso del monóxido de carbono, pero no lo detendrán", afirmó el Dr. Eric Lavonas, director asociado del Centro de Intoxicaciones y Drogas de las Montañas Rocosas, en Denver.
"Por lo tanto, la mejor manera de proteger a su familia es tener una alarma de monóxido de carbono que funcione en casa", según Lavonas, que no participó en el estudio.
El monóxido de carbono es un gas incoloro e inodoro que se encuentra en el tubo de escape de los coches y en los humos de las fuentes de combustión de combustible, como los generadores, asadores de carbón, estufas de gas y chimeneas en las que se quema madera.
"Cualquier fuente de combustión produce monóxido de carbono hasta cierto punto, sin que importe qué tan limpiamente quemen los combustibles sus aparatos", afirmó el autor del estudio, el Dr. Neil Hampson, del Centro de Medicina Hiperbárica del Centro Médico Mason de Virginia, en Seattle.
El informe aparece en la edición del 21 de agosto de la revista Journal of the American Medical Association.
La intoxicación involuntaria por monóxido de carbono acaba con la vida de entre 400 y 500 personas al año en Estados Unidos. La única forma de protección es una alarma de monóxido de carbono.
"[El monóxido de carbono] es indetectable para los sentidos humanos. No se puede ver, ni oler, ni detectar su sabor, de modo que no se sabe si alguien se ha intoxicado hasta que enferma y empieza a tener dolores de cabeza, vómitos o se desmaya", explicó Hampson.
25 estados requieren que las residencias tengan este tipo de alarmas, pero 10 de ellos ahora permiten que haya excepciones en el caso de las casas que no tienen fuentes de monóxido de carbono en su interior. A muchos expertos les preocupan que esas excepciones lleven a un incremento de las intoxicaciones accidentales, particularmente en los edificios multifamiliares, donde se comparten las paredes de las casas.
Para demostrar que el monóxido de carbono atraviesa las paredes, los investigadores colocaron varios muros en seco de distinto grosor en un contenedor de plexiglás a fin de observar la rapidez con que el gas podía atravesar las paredes. Dado que los poros del muro son 1 millón de veces más grandes que una molécula de monóxido de carbono, el gas atravesó con facilidad la barrera porosa. Los muros en seco pintados ralentizaron el paso del gas solo un poco.
Solo las alarmas pueden detectar el gas monóxido de carbono una vez que ha entrado en casa, pero muchas casas o no tienen alarma o tienen una que no funciona, porque las pilas se han agotado o porque las quitaron. Según Lavonas, solo el 30 por ciento de los hogares estadounidenses tienen una alarma de monóxido de carbono que funcione. En Carolina del Norte, un estado que tiene una ley que requiere que se tenga ese dispositivo, solo el 67.8 por ciento de las casas lo tienen, según un estudio publicado en la revista American Journal of Public Health en 2012.
Ha habido muchos casos de intoxicaciones en casas donde se encontraron alarmas de monóxido de carbono, "pero o no tenían pilas o ni siquiera las habían sacado de la caja", afirmó Hampson. Además de cambiar las pilas regularmente, es importante comprobar la fecha en que vence la propia alarma, añadió.
"Cuando cambie las pilas, debería mirar en la parte trasera de la alarma para ver cuál es la fecha de vencimiento. Son 5 o 7 años, según el fabricante", explicó Hampson.
A diferencia de las alarmas de humo, las de monóxido de carbono pueden colocarse en cualquier lugar, desde la parte inferior de la pared hasta el techo, y solo se necesita una por cada nivel, preferiblemente fuera, aunque cerca, de los lugares donde se duerme.
Algunas alarmas pueden enchufarse directamente al suministro eléctrico o programarse, pero tanto Hampson como Lavonas advirtieron que si se usan estas, debería haber una de pilas de respaldo. La mayoría de las intoxicaciones por monóxido de carbono se producen durante un apagón, cuando se corta la luz, indicaron.
Si su alarma suena, abandone la casa inmediatamente y llame a los bomberos.
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